Jóvenes libreras en un mundo tecnológico

Mayra Arauco y Cecilia Burke contaron en el podcast GlocalCitizen, de Annelissie Arrázola, su vida entre libros, trabajando en las librerías de sus familias y creando clubes de lectura.

Mayra Arauco forma parte de la cuarta generación de libreros de su familia, dueña de Librerías Lectura. “Ingresar al mundo de los libros fue una sorpresa. Si bien crecí entre ellos y amaba la lectura desde niña, fue satisfactorio entender las particularidades de una profesión que no se estudia”, indicó.

Los libros también están en el ADN de Cecilia Burke. Su abuelo y papá eran grandes lectores y su tía es dueña de la librería San Pablo. Con emoción aseguró que por mucho tiempo los libros fueron su refugio y en su adolescencia ingresó a conocer el negocio que había en torno a ellos.

Como libreras, han tenido la oportunidad de estar en prestigiosas ferias internacionales de libro, conocer autores famosos, buen ojo para tener en sus librerías la cantidad de libros necesarios y, por supuesto, el privilegio de tener los títulos más novedosos antes que los demás. Sin embargo, para ambas la satisfacción más grande es contribuir con sus recomendaciones a que los clientes enriquezcan sus listas de los mejores libros que han leído en sus vidas.

Con el paso del tiempo, Mayra y Cecilia vieron la necesidad de adaptarse a las nuevas formas de ventas y a un mundo tecnológico. Arauco considera que las librerías que no lograron adaptarse a lo que exigen los jóvenes y los nuevos lectores, corren el riesgo de morir. Por su parte, Burke afirmó: “Hemos visto cómo en Santa Cruz se han cerrado varias librerías tradicionales. En la San Pablo nos reinventamos con el tema de tener una web, estar en las redes sociales y dar una nueva imagen al negocio”.

En ese aspecto, en Librerías Lectura se empezó a trabajar antes de la cuarentena por el Covid-19. La madre de Mayra Arauco quería que los libros lleguen a cada rincón del país, entendiendo que no existen librerías en todas partes. Así crearon una plataforma digital en la que se elige el título y este es recibido al día siguiente. “Afortunadamente, en el país tenemos un buen sistema de envíos; así hemos podido llegar a Uyuni, Guayaramerín, Riberalta…”, puntualizó la joven librera.

Luego surgió el proyecto de los e-books, con el que se accede a un libro digital al instante e incluso de forma más económica que uno físico. Por la dificultad de la implementación de la plataforma, les tomó hacerlo más de dos años. Actualmente cuentan con más de 12.000 títulos y en los de formato tradicional, alrededor de 45.000.

Aquí hay un gran desafío para los libreros: hacer entender a los clientes de que los e-books son una alternativa para los lectores ávidos, que a veces no pueden conseguir libros en físico. “Y que leer en pantallas electrónicas no significa que se deja de leer un libro impreso, sino que se están combinando formatos de lectura”, indicó Arauco.

Su pasión por la lectura es tan grande que las ha llevado a crear clubes para esta actividad y en el caso de Cecilia, un negocio de protectores de libros y marcapáginas llamado Claro de Luna. Para Mayra fue una necesidad personal, porque leía y no tenía con quién comentar. Con un mensaje en Facebook convocó a quienes quisieran formar parte de una agrupación que solo tenía que leer. “Esto me encanta y lo voy a dejar fluir”, expresó. “Al principio éramos todas mujeres y no nos conocíamos. Empezamos con literatura universal; el primer libro fue Frankenstein, de Mary Shelley”. El club creció tanto que fue necesario crear otro, uno virtual. Leen un título por mes y ya llevan más de un año haciéndolo. De hecho, aprovecharán la 24 Feria del Libro de Santa Cruz de la Sierra para lanzar el 1er Encuentro de Clubes de Lectura de Santa Cruz.

Cecilia ya no trabaja en la San Pablo, ahora está en librería-café Mi Lugar. En marzo, allí creó un club de lectura. “No hay expertos, nadie nos guía. Cada persona descubre detalles en los libros y así tenemos diferentes perspectivas”, contó. “Queremos tener más clubes, porque, definitivamente, los libros nos hacen bien”.